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Espejos

Para retomar este libro y no siga empecinado con seguir guardado en el cajón con fiebre… y nos venga a diagnosticar cosas tramposas, historias esquizofrénicas que no son de Galenos sino de Galeano…

Espejos
Los espejos están llenos de gente.

Los invisibles nos ven.

Los olvidados nos recuerdan.

Cuando nos vemos, los vemos.

Cuando nos vamos, ¿se van?


De deseo somos
La vida, sin nombre, sin memoria, estaba sola. Tenía manos,pero no tenía a quién tocar. Tenía boca, pero no tenía con quién hablar. La vida era una, y siendo una era ninguna.Entonces el deseo disparó su arco. Y la flecha del deseo partió la vida al medio, y la vida fue dos.Los dos se encontraron y se rieron. Les daba risa verse, y tocarse también.


Fundación del juego
En la escuela me enseñaron que en el tiempo de las cavernasdescubrimos el fuego frotando piedras o ramas.Desde entonces, lo vengo intentando. Nunca conseguí arrancar ni una humilde chispita.Mi fracaso personal no me ha impedido agradecer los favoresque el fuego nos hizo. Nos defendió del frío y de las bestias enemigas, nos cocinó la comida, nos alumbró la noche y nos invitó a sentarnos, juntos, a su lado.


¿Cómo pudimos?
Ser boca o ser bocado, cazador o cazado. Ésa era la cuestión.Merecíamos desprecio, o a lo sumo lástima. En la intemperieenemiga, nadie nos respetaba y nadie nos temía. La noche y la selva nos daban terror. Éramos los bichos más vulnerables de la zoología terrestre, cachorros inútiles, adultos pocacosa, sin garras, ni grandes colmillos, ni patas veloces, ni olfato largo.Nuestra historia primera se nos pierde en la neblina. Según parece, estábamos dedicados no más que a partir piedras y a repartir garrotazos.Pero uno bien puede preguntarse: ¿No habremos sido capacesde sobrevivir, cuando sobrevivir era imposible, porque supimos defendernos juntos y compartir la comida? Esta humanidad de ahora, esta civilización del sálvese quien pueda y cada cual a lo suyo, ¿habría durado algo más que un ratito en el mundo?