Al fin de la palabra

Al parecer se rechazo la decisión tomada de hacerle caso a la palabra, a despojarla de su historia, su sentido básico y metafórico. Por la forma en que los cuerpos pedían su propia memoria, el tacto reclamaba independencia. En el conglomerado de opiniones contrarias a la palabra estaban: colores, sabores y formas que no intentaban caligrafía alguna. La voz cambiaba a silbido, mientras los libros escupían la tinta para formar otra vez los ríos. El mismo escritor se revolcaba rompiendo la palabra amor, pero sólo logro dibujar un corazón sin formas simétricas.